En nuestra Cofradía, siempre celebramos la fiesta de Semana Santa, sacando en procesión a Jesús Nazareno, tanto el jueves como el viernes, y teníamos la ilusión de poder tener otro paso para el viernes Santo, un Cristo tendido en el suelo al pié de la cruz después de expirar en una zona irregular como de monte se trataba. Y así lo hicimos.
1—El día de su encargo, nuestro amigo el escultor D. Luis Martín de Vidales, con una maza lo dio forma, y quitándole las sobras fue creando nuestra obra de arte del Cristo Yacente.
Y simplemente fue refinando lo creado en plastilina y empezaron a resaltar todos los detalles de la obra. “Magnífico”.
2.– Siguiente paso fue el sacar el molde en resina “Perfecto trabajo”.
3.—Después se dio forma proporcional en madera de cedro, dando trabajo a las gubias, según vemos en las fotografías.
4.—Una vez trabajado todos los detalles, se le dio el estuco, quedando completamente blanco, “Maravilloso”.
5.—Empezó la obra, al policromar el Cristo, dando una realidad palpable, que se va incrementando según se avanza en los trabajos.
6.—Y por fin, como último trabajo, la cera, para darle ese brillo característico.
7.—Nuestra ilusión aumentó, cuando el escultor nos dijo que ya podíamos ir a por él, por fin le íbamos a tener con nosotros, fue el día 2 de marzo de 2011, fecha que no podremos olvidar. Un montón de nazarenos muy entusiasmados fuimos a por él, era anochecido cuando llegamos. No sé cómo metieron el trozo de madera, pues el sacarlo fue un poco complicado, pero nosotros le sacamos, le metimos en la furgoneta de Maxi y lo trajimos a casa, y estábamos felices con una sonrisa de oreja a oreja.
8.—En la Parroquia, puesto en el soporte que hicieron los cofrades Máximo Curto y José Marcos Martín, para nuestro Cristo Yacente, que cariñosamente desde entonces le llamamos, “el tumbaíto“.